Hipertensión:
lo que necesitas saber al respecto

¿Tienes hipertensión? Si es así, no te pasa solo a ti. Se calcula que 1400 millones de personas en el mundo tienen una presión arterial demasiado alta.

En Norteamérica y en Europa afecta a una de cada tres personas. Al igual que la obesidad y la diabetes, las tasas de hipertensión han aumentado en todas las regiones del mundo en las últimas cuatro décadas.

Tener la presión arterial alta, lo que los doctores llaman hipertensión, supone un riesgo mucho mayor de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares, además de otros problemas graves de salud, como fallos congestivos cardíacos, enfermedad renal, lesiones oculares y demencia.

En los Estados Unidos la hipertensión es actualmente una causa principal o contribuyente a una cifra estimada de 1100 muertes al día. En todo el mundo, la hipertensión contribuye a unas 10 millones de muertes prematuras al año, la mayoría por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Pero hay buenas noticias: se puede reducir la hipertensión con sencillos cambios de hábitos. Si esos cambios no son suficientes, quizás la medicación para la hipertensión pueda ser de ayuda.

En esta exhaustiva guía te mostraremos lo que necesitas saber sobre la hipertensión.

Forma parte de una serie de guías de Diet Doctor sobre los problemas de presión arterial, y está dirigida a personas con un diagnóstico confirmado de hipertensión. Consulta las guías de acompañamiento y especialmente la Guía inicial sobre la presión arterial, ya que se explica con detalle qué es la presión arterial y cómo medirla de forma precisa, además de los problemas que puede causar una medición imprecisa.


1. ¿Qué es la hipertensión?

Con el sufijo de origen griego “hiper”, que significa “exceso”, y “tensión”, te puedes hacer una idea: es sangre que circula por las arterias con una tensión o presión más alta de lo normal.

Cuando el corazón late o se contrae, expulsa sangre para que circule por el cuerpo. Cada latido del corazón causa un fuerte sonido de sangre, como una bomba de agua que se oprime.

La cifra superior de la presión arterial (sistólica) es la presión de la sangre en la pared arterial cuando el corazón se contrae. La cifra inferior (diastólica) es la presión en la pared arterial entre latidos o cuando el corazón se relaja.

Las dos cifras de la presión arterial se escriben en forma de fracción, 140/92 y se leen como “140 sobre 92”.

La presión arterial de todo el mundo fluctúa durante el día, normalmente aumenta en la mañana hasta su punto álgido al final de la tarde, y después cae por la noche.

La presión arterial también puede aumentar debido al ejercicio, al estrés, a la ansiedad, al miedo, al nerviosismo y a otras emociones fuertes. Incluso mantener la respiración puede aumentar la presión arterial unos cuantos puntos. La presión arterial nunca será exactamente igual cada vez que la midas, lo más importante es el rango en que esté y cuánto fluctúe.

No obstante, para que se considere hipertensión, los valores tienen que estar de forma consistente por encima del rango normal de 120/80.


2. Gráfica de hipertensión y distintos valores

Cómo se puede ver en esta gráfica de presión arterial, la hipertensión ahora se clasifica en distintos estadios.

presion–arterial

  • Elevada (amarillo claro en la gráfica): Es una presión arterial ligeramente mayor de lo normal, a veces llamada prehipertensión. La presión sistólica está entre 120 y 129 y la diastólica por debajo de 80. No es necesario usar medicación, pero es posible reducirla cambiando los hábitos.
  • Estadio 1 (naranja claro en la gráfica): Una presión arterial que está de forma consistente entre 130 a 139 de sistólica o 80 a 89 de diastólica se denomina hipertensión de estadio 1 o hipertensión moderada. Cambiar de hábitos suele ser muy efectivo para normalizar la hipertensión de estadio 1. Si la presión arterial sigue aumentando con el tiempo a pesar de los cambios de hábitos, puede ser recomendable usar medicación.
  • Estadio 2: Una presión arterial que está de forma constante entre 140 a 179 sistólica y 90 a 119 diastólica es una hipertensión más grave y está asociada con más problemas de salud a largo plazo. La mayoría de las guías recomiendan medicación de forma inmediata para una presión así si existen otros factores de riesgo cardiovascular.
    Sin embargo, nosotros recomendamos que también preguntes a tu doctor sobre la utilidad de una intervención de estilo de vida como enfoque inicial.
  • Crisis hipertensiva: Si la presión arterial está por encima de 180 sistólica y/o 120 diastólica, es una urgencia. Necesitas ver a tu doctor o ir a un hospital de tu zona de inmediato. Una presión tan alta puede poner en peligro la vida y dañar de forma rápida los tejidos delicados de los órganos, sobre todo del corazón, pulmones, cerebro, riñones y ojos. Afortunadamente, las crisis hipertensivas son relativamente poco frecuentes y afectan solo al 1 a 2 % de las personas con hipertensión.
    Sin embargo, las investigaciones parecen indicar que hasta el 25 % de las personas que son diagnosticadas cada año con crisis hipertensivas no eran conscientes de que tenían hipertensión.


3. ¿Cuáles son los síntomas de hipertensión?

La hipertensión se suele denominar como la “asesina silenciosa” porque la mayoría de las personas con presión arterial elevada o hipertensión de estadio 1 o 2 no tienen ningún síntoma externo. Nada de nada.

La única forma de descubrir la hipertensión suele ser midiéndola de forma regular. Tu doctor debería comprobar tu presión arterial como mínimo una vez al año en la revisión anual. Hay tensiómetros precisos en farmacias, gimnasios y centros comunitarios. También hay modelos para usar en casa, y son una forma económica, automática y precisa de tener vigilada la presión arterial.

Si llevas un seguimiento de la presión arterial de forma regular, sabrás si la tendencia es ascendente o si los cambios de hábitos o las medicaciones están funcionando para reducirla o mantenerla en un rango saludable.

Síntomas de las crisis hipertensivas

Aunque la hipertensión de estadio 1 y 2 no muestra síntomas externos, las crisis hipertensivas sí.

Pueden ser cualquiera de los siguientes:

  • Dolor de cabeza
  • Visión borrosa o distorsionada
  • Mareos
  • Náuseas o vómitos
  • Falta de aliento
  • Sangrado nasal
  • Dolor en el pecho
  • Latidos irregulares

Como ya hemos dicho, las crisis hipertensivas con una presión arterial por encima de 180/120 son una urgencia médica. Busca atención médica de inmediato.


4. ¿Qué causa la hipertensión?

Los científicos no saben por qué algunas personas sufren hipertensión y otras no. De hecho, el 95 % de los casos de hipertensión no tienen una causa directa y apreciable. A este tipo de hipertensión se le denomina primaria o esencial (cuando hay una causa clara, se le denomina hipertensión secundaria, hablamos de ella más adelante).

En el caso de la hipertensión primaria, se sabe que varios factores de riesgo predisponen a la gente a sufrir hipertensión. Estos factores de riesgo son la obesidad, un estilo de vida sedentario, niveles altos de consumo de alcohol, tabaquismo, estrés, historial familiar y pertenecer a ciertas etnias.

No todas las personas con estos factores de riesgo comunes desarrollan hipertensión, pero estas afecciones están asociadas con un mayor riesgo de sufrirla.

Los afroamericanos tienen un mayor riesgo

Si tienes herencia genética africana, sobre todo si vives en los Estados Unidos, tu riesgo de sufrir hipertensión a medida que cumples años es mucho mayor que el de otras etnias. Hay un gran debate acerca del motivo. ¿Se debe mayormente a una diferencia genética, por ejemplo, en la forma en la que el cuerpo gestiona la sal?

¿O son los factores socioeconómicos o desigualdades raciales los que causan problemas como estrés, mala alimentación o un menor acceso a atención médica?
¿O podrían ser varias causas relacionadas con la genética, la sociedad y el entorno?

Las investigaciones científicas no saben el por qué. Sin embargo, la diferencia es real. Un reciente estudio halló que el 75 % de los hombres y mujeres estadounidenses de descendencia africana tenían hipertensión al llegar a los 55 años, comparados con solo el 50 % de los hombres y el 40 % de las mujeres de origen caucásico.

En los Estados Unidos, las personas de ascendencia africana tienen el doble de probabilidades de morir de accidentes cerebrovasculares y cinco veces más probabilidades contraer una enfermedad renal terminal debido a la hipertensión.
Eso significa que los cambios de hábitos y los medicamentos adecuados son muy importantes para los estadounidenses de origen africano.

La presión arterial aumenta con la edad

Una mayor edad también es un factor de riesgo para la hipertensión. A medida que cumplimos años, los vasos sanguíneos se endurecen y son menos elásticos. Eso puede aumentar la presión en las arterias.

Sin embargo, se debate si la hipertensión en las personas mayores, especialmente las que tienen más de 80 años, necesita el mismo tratamiento intensivo para reducirla a los rangos normales.

Eso se debe a que el uso de medicación para la hipertensión puede tener efectos secundarios peligrosos, como mareos y caídas que pueden provocar roturas de cadera, sobre todo en el caso de las personas frágiles y mayores. Este mayor riesgo de efectos secundarios también puede ir acompañado de beneficios escasos para reducir la cifra de ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares o muertes prematuras, así que si eres mayor, necesitarás hablarlo detalladamente con tu doctor.

Un estudio reciente, llamado estudio SPRINT, mostró una pequeña reducción de la mortalidad en las personas con un tratamiento intensivo para la hipertensión, pero también se produjo un aumento del riesgo de hipotensión, caídas y enfermedad renal.

Aunque aún no tenemos datos científicos para probarlo, tiene sentido que los cambios de estilo de vida de las personas mayores, como adoptar una dieta baja en carbohidratos, puedan funcionar para reducir la presión arterial y causar menos efectos secundarios que los medicamentos. Se necesitan más estudios en esta área para poder confirmar esta impresión.

No obstante, una prometedora pero todavía temprana investigación del Dr. David Unwin y sus compañeros muestra que una dieta baja en carbohidratos parece ser efectiva para reducir la presión arterial en un amplio rango de edades en los pacientes con hipertensión y resistencia a la insulina en el consultorio de atención primaria.

Causas secundarias de hipertensión

En algunos casos —menos de 1 %— la hipertensión se debe a un factor específico, tratable o corregible, como una enfermedad, una medicación, un tumor poco frecuente que segregue hormonas u otra sustancia. A esto se le llama hipertensión secundaria.

Si estás diagnosticado de hipertensión, sobre todo si tienes menos de 30 años o si la presión arterial aumenta de forma rápida sin ninguna indicación previa de una tendencia en ascenso, deberías analizar cuidadosamente junto con tu doctor si el aumento repentino puede estar causado por un factor que se pueda corregir.

Las siguientes causas de hipertensión secundaria son las más comunes.

  • Afecciones crónicas específicas: Hay varias afecciones tratables que pueden causar hipertensión. Entre ellas, varias enfermedades renales, apnea del sueño, un estrechamiento congénito de la aorta (coartación aórtica) y varios problemas de las glándulas suprarrenales, incluidos tumores de secreción hormonal.
    Tratar las patologías subyacentes puede reducir o normalizar la presión arterial:
  • Medicamentos: Hay varios medicamentos con receta y sin ella que causan un aumento de la presión arterial como efecto secundario. Son los siguientes:
    • Anticonceptivos orales y terapia de reemplazo hormonal, sobre todo con niveles altos de estrógeno.
    • Descongestionantes orales presentes en algunos medicamentos para los resfriados y la alergia.
    • Antinflamatorios no esteroideos (AINES) para el alivio del dolor y la inflamación.
    • Medicamentos estimulantes usados para tratar trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), sobre todo mezclados con sales de anfetaminas (Adderall).
  • Suplementos herbales como la hierba de San Juan, el ginseng, el ginkgo y la cimífuga racemosa.
  • Regaliz: Un compuesto de la raíz de regaliz llamado glicirricina, que se encuentra en los tés de hierbas, los caramelos, las grageas y los remedios herbales con sabor a regaliz tiene un efecto fuerte de aumento de la presión arterial, lo que ha impulsado varios casos de estudio y una advertencia de la Agencia de Alimentación y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
    Comprueba si hay regaliz en tu dieta.
  • Alcohol: Sobre todo si se consume en grandes cantidades a diario.
  • Drogas recreativas: Cocaína, metanfetaminas u otras drogas estimulantes de uso recreativo.
  • Consumo de tabaco, particularmente el tabaco sin humo (tabaco de mascar).

Si te diagnostican hipertensión repentinamente, descarta cualquier posible enfermedad subyacente hablando con tu doctor y revisa con tu farmacéutico toda la medicación, suplementos y otros productos que puedas estar usando y que quizá puedan contribuir a ese aumento inesperado.


Ataque cardíaco

5. Por qué la hipertensión es peligrosa

Si la hipertensión no tiene síntomas ni causa conocida, ¿por qué nos empeñamos tanto en reducirla? Porque silenciosamente causa un daño significativo.

Al igual que si una manguera tiene demasiada presión, sus paredes pueden dañarse y el chorro de agua puede ser demasiado fuerte para las plantas delicadas, la sangre que circula con demasiada presión por los vasos sanguíneos puede debilitar y dañar las paredes de los vasos sanguíneos o dañar las delicadas estructuras y tejidos de los órganos que reciben el flujo a alta presión. Cuanto más tiempo se mantenga alta la presión, más daño puede causar.

Una hipertensión descontrolada a lo largo del tiempo nos predispone a cualquiera de las siguientes afecciones:

  • Accidentes cerebrovasculares: La hipertensión daña los vasos que van al cerebro y los que están en el cerebro, lo que potencialmente puede causar un estrechamiento o bloqueos que causen una disminución del flujo sanguíneo y, por último, daño al cerebro mismo. La hipertensión también puede causar trombos que bloqueen la circulación sanguínea al cerebro.
  • Infartos de miocardio: La hipertensión puede dañar las arterias coronarias esenciales que nutren el músculo cardíaco, predisponiendo a los vasos a la formación de placa y tejido cicatricial. Los trombos, que son más frecuentes en las personas con hipertensión, también pueden bloquear las arterias, privando al músculo cardíaco de una buena circulación sanguínea.
  • Insuficiencia cardíaca congestiva: Un corazón que bombea sangre con una presión más alta puede fatigarse, debilitarse, aumentar de tamaño y ser menos efectivo al bombear. Esto causa una insuficiencia cardíaca.
  • Daño renal: La hipertensión deja cicatrices y daña las delicadas estructuras de los riñones, incluidos los vasos sanguíneos y los tejidos que filtran la sangre, dificultando que estos órganos hagan su tarea esencial de limpieza de sangre y causando daño permanente y enfermedad renal crónica.
  • Daño ocular: Los delicados vasos sanguíneos de la retina pueden dañarse, causando estrechamiento y ruptura de los vasos sanguíneos, inflamación del nervio óptico y problemas o pérdida de visión. A veces, los primeros signos de hipertensión pueden observarse en un examen ocular antes de que se pueda apreciar cualquier otro daño.
  • Demencia: Tener hipertensión durante mucho tiempo no solo aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares, sino también el riesgo de daños sutiles a los vasos sanguíneos cerebrales, lo que contribuye finalmente a un deterioro cognitivo.


6. Siguientes pasos

No hay duda de que la hipertensión es una causa significativa de enfermedad y muerte. Es muy importante hacer lo que puedas para reducirla a los rangos normales.

Reduce los carbohidratos, controla la presión

La reducción del azúcar y carbohidratos de la alimentación está emergiendo como una forma muy potente y efectiva de reducir la presión arterial. De hecho, aunque a menudo se ha culpado de la epidemia de hipertensión al alto consumo de sal, algunos expertos creen que un consumo alto de azúcar —y de alimentos ricos en carbohidratos que se digieren rápidamente en azúcar— puede ser un problema mayor.

Muchas personas que adoptan una dieta baja en carbohidratos o cetogénica observan una rápida reducción de la presión arterial. El estudio Virta de marcadores de enfermedad cardiovascular halló que los valores de presión arterial diastólica bajaron de forma significativa en los voluntarios y el 11,5 % pudieron dejar de tomar la medicación para la hipertensión.

Aviso: aunque una dieta baja en carbohidratos tiene muchos beneficios probados, sigue siendo controvertida. El principal riesgo potencial es respecto a los medicamentos, sobre todo para la diabetes, en la que las dosis pueden tener que adaptarse. La medicación para la hipertensión quizás también tenga que adaptarse. Habla sobre cualquier cambio de medicación y cambios de hábitos relevantes con tu doctor. Declaración completa

Los médicos que practican la medicina baja en carbohidratos tienen que ser conscientes de que estos resultados son comunes, y así anticipar una reducción de la presión arterial y tener cuidado extra para monitorizar la presión arterial y ajustar la medicación para la presión arterial de los pacientes cuando sea necesario. Algunos pacientes incluso pueden dejar de usar la medicación para la presión arterial por completo.

¿Por qué funciona? Las investigaciones siguen siendo preliminares, pero hay varios mecanismos sobre los que hay teorías: pérdida de peso, menores niveles de insulina en circulación, una reducción de la resistencia a la insulina, una mejora de la sensibilidad a la insulina, una reducción de la restricción de sal, una disminución de la glucemia, entre otros más.

Diet Doctor cuenta con numerosas guías y recursos para que puedas empezar una dieta baja en carbohidratos o cetogénica. Echa un vistazo a estas dos guías para principiantes.


7. Otros cambios de estilo de vida

Existen otros cambios de hábitos efectivos para reducir la presión arterial. Entre ellos, incorporar ejercicio moderado, reducir el consumo de alcohol, controlar el estrés y dejar de fumar.

Consulta nuestra guía en profundidad sobre cómo normalizar la presión arterial de forma natural. En ella se explica con más detalle por qué una dieta baja en carbohidratos puede ser tan efectiva para controlar la hipertensión, además de exponer formas sencillas de incorporar cambios de hábitos a tu rutina para controlar mejor la presión arterial.

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Cómo normalizar la presión arterial

Guía La presión arterial alta es un problema de salud frecuente hoy en día, pero puedes mejorarla con sencillos cambios de hábitos.

La medicación también funciona

A veces, los cambios de hábitos no son suficientes para que la presión arterial vuelva a los rangos saludables. En ese caso, necesitarás tomar medicación para la presión arterial. En ocasiones, un solo medicamento puede funcionar, o quizás sea necesario una combinación de medicamentos.

Publicaremos pronto una guía a fondo sobre la medicación que se suele usar para la hipertensión. En ella analizaremos cómo funcionan los medicamentos para la presión arterial y sus riesgos y beneficios. La guía también detallará qué necesitas saber para trabajar con tu doctor para ajustar la medicación para la presión arterial al seguir una dieta baja en carbohidratos.

En resumen, aunque la hipertensión es una afección grave que no hay que tomar a la ligera, puedes realizar muchas acciones desde ya para mejorar las cifras de presión arterial de forma inmediata y salvaguardar tu salud de cara al futuro.


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