Diabetes de tipo 1 y dieta baja en carbohidratos: una gran combinación
¿Es una dieta baja en carbohidratos realmente una buena opción para la diabetes de tipo 1? ¿Qué dicen las personas con mucha experiencia?
Invitamos a nuestros moderadores a participar escribiendo publicaciones como invitados aquí en el blog. Aquí está el informe de viaje número tres, con información importante sobre la diabetes de tipo 1 escrito por nuestro moderador Fredrik Söderlund:
Artículo invitado por Fredrik Söderlund
Diabetes de tipo 1 y dieta baja en carbohidratos: una gran combinación
En el crucero me inspiraron tanto los ponentes como los huéspedes para escribir algunos párrafos sobre la dieta baja en carbohidratos y la diabetes de tipo 1. Todavía existe el concepto erróneo bastante común de que los diabéticos de tipo 1 no se pueden beneficiar de la dieta baja en carbohidratos o que incluso puede ser peligrosa.
Uno de los ponentes fue el nefrólogo Dr. Keith Runyan, que ha vivido con diabetes de tipo 1 durante 17 años y se pasó a la dieta baja en carbohidratos hace tres años. Actualmente come una dieta cetogénica.
Entre los participantes de la conferencia se encontraban varios diabéticos de tipo 1 que abogan por una dieta baja en carbohidratos; entre ellos estaba Hanna Boëthius. Ella tiene la enfermedad desde hace 30 años, desde que tenía 2 años, y se pasó a una dieta baja en carbohidratos hace 4. Hanna se convenció de los beneficios de la dieta cuando estudió para convertirse en consejera nutricional, y ahora tiene su propio negocio para ayudar a otros diabéticos en todo el mundo (www.hannaboethius.com.)
Hanna lleva una dieta cetogénica con 20-30 g de carbohidratos al día y, como el Dr. Runyan, ella señala que muchos de los beneficios de la dieta lo son también para los diabéticos de tipo 1. Recopilé algunos de los beneficios que ambos presentaron en el crucero, pero primero algo de información básica.
Diabetes de tipo 1
La diabetes de tipo 1 es una enfermedad autoinmune que no sabemos cómo prevenir. El páncreas no produce nada o muy poca insulina. La insulina es necesaria para transportar a las células la glucosa que produce el hígado y la de los carbohidratos de los alimentos. Por lo tanto, hay que suministrar insulina de forma diaria.
El desafío para un diabético de tipo 1 es calcular continuamente la cantidad de insulina que debe añadir, generalmente una dosis basal durante todo el día y luego dosis adicionales vinculadas a cada comida. Calcularlo es delicado, ya que cantidades muy pequeñas de carbohidratos, 4 g, pueden ser suficientes para elevar el azúcar en sangre en 18 mg/dl (1 mmol/l), mientras que una unidad de insulina inyectada puede reducir el azúcar en sangre en 36 mg/dl (2 mmol/l) (los números pueden variar mucho entre personas).
Los niveles altos de azúcar e insulina sanguínea causarán daño a largo plazo en los vasos sanguíneos pequeños y grandes, y un nivel bajo de azúcar sanguínea puede provocar hipoglucemia. Esta es una afección grave que puede causar rápidamente la pérdida del conocimiento. Se estima que la hipoglucemia representa una causa directa de muerte para el 6-10 % de los diabéticos insulinodependientes, lo que de una forma temible subraya la dificultad para calcular la cantidad de insulina que se necesita.
Uso de la dieta baja en carbohidratos como tratamiento
¿Cómo puede una dieta baja en carbohidratos facilitar el tratamiento de la diabetes de tipo 1 (y también de los diabéticos de tipo 2 dependientes de insulina)?
Para empezar, la grasa alimentaria no se convierte en glucosa, como lo hacen los carbohidratos e incluso las proteínas en cierta medida. La dieta baja en carbohidratos y alta en grasa supone reducir la cantidad de carbohidratos en la dieta y reemplazarlos con grasas saludables. Esto reduce significativamente el pico de azúcar sanguínea al comer y, por lo tanto, la necesidad de insulina adicional. Al usar pequeñas cantidades de carbohidratos en la dieta, se reduce el riesgo de grandes cambios de glucosa sanguínea y de la hipoglucemia causada por dosis de insulina calculadas de forma incorrecta.
Otro factor es que un páncreas sano secreta una cantidad exacta de insulina que se distribuye a través del hígado en la sangre de forma continua en todo el cuerpo. Al inyectar insulina de forma local, la distribución es significativamente más desigual, ya que se absorbe y se disemina de forma diferente en el cuerpo dependiendo del lugar, de la profundidad y del momento en relación con la comida que se inyecta. La absorción de insulina inyectada puede variar en aproximadamente un 30 % y constituye un factor de incertidumbre que dificulta la evaluación precisa de la necesidad de insulina. Sin embargo, si empiezas con una pequeña cantidad de carbohidratos, las consecuencias de esta incertidumbre se reducen. Pequeñas cantidades de carbohidratos producirán errores pequeños. Grandes cantidades de carbohidratos e insulina producirán errores grandes y posiblemente peligrosos.
Hanna describe la dieta baja en carbohidratos como una herramienta efectiva para facilitar el tratamiento de la diabetes. La glucemia se estabiliza de inmediato, y no cae en picado ni se dispara como lo haría antes cuando calculaba incorrectamente al tratar de adivinar la cantidad de carbohidratos en una salsa al comer fuera. Ella ha escogido llevar una dieta cetogénica, por lo que está en cetosis la mayoría del tiempo.
El cuerpo utiliza los cuerpos cetónicos como combustible principal y no necesita depender completamente de la glucosa para el suministro de energía a las células. Esto significa que la glucemia no bajará tan rápido como antes, lo que hace menos alarmante ver niveles bajos de azúcar sanguínea.
La cetosis suena aterradora para muchos ya que está asociada con la cetoacidosis, un estado de intoxicación que ocurre si no tomas la insulina, pero a Hanna no le preocupa. Ella explica que esto solo puede suceder si has estado completamente sin insulina durante un par de horas. Si supervisas la glucemia regularmente, no tienes de que preocuparte. Por lo tanto, la cetoacidosis es causada por no tomar insulina, no por reducir los carbohidratos.
Hanna no defiende que una dieta cetogénica sea la mejor para todos, funciona bien con un dieta baja en carbohidratos moderada y debes encontrar tu propio nivel. Sin embargo, lleva tiempo adaptarse a una nueva dieta y para ella esto significaba muchas mediciones adicionales de glucosa en sangre, ajustar las dosis de insulina y prestar atención a las tendencias antes de encontrar el punto óptimo. Ella piensa que valió la pena el esfuerzo y que los beneficios para la salud son importantes: una presión arterial más baja, una HbA1c menor y un perfil de lípidos mejorado. Actualmente solo usa el 20 % de la dosis de insulina que usaba, y siente que su sensibilidad a la insulina ha aumentado gradualmente comiendo bajo en carbohidratos.
Hoy en día tiene más energía, entusiasmo por la vida y sabe que la enfermedad ya no controla su vida, y ¡puedo dar fe de que tanto ella como el Dr. Runyan resplandecieron con el sol en el Caribe!
Fredrik Söderlund
Moderador
Comentarios
¡Gracias por el tercer informe de crucero, Fredrik!
NOTA
¡Con la diabetes tratada con insulina es importante controlar la glucemia al detalle al comenzar una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa! Una dieta que incluye pocos carbohidratos generalmente causa una reducción importante de insulina. Por eso es importante ajustar (reducir) las dosis lo suficiente para evitar que la glucemia baje demasiado. De ser posible, debe hacerse con el apoyo de tu médico o enfermera de diabetes, especialmente si tienes experiencia limitada ajustando la insulina tú mismo.
También debes ser diligente para controlar al detalle la glucemia en caso de una enfermedad aguda.
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