“Como médica, quiero que coman mucha grasa y sal”
“Como médica, quiero que coman mucha grasa y añadan mucha sal a la comida”.
Me encanta soltar esta frase al público en las charlas gratuitas que ofrecemos sobre corregir la diabetes y la obesidad con una dieta cetogénica. Me echan todo tipo de miradas. Sin embargo, en general, las mujeres me miran con los ojos en par en par, horrorizadas. Los hombres, por otro lado, están a mitad de camino entre la sorpresa y la felicidad absoluta.
“Doctora, ¿eso significa que puedo comer los muslos de pollo con piel?”, preguntó un hombre una vez.
Toda la sala quedó en silencio.
Asentí.
Le dio un codazo a su esposa “¡No me has dejado comer la piel del pollo durante 15 años! ¡Nunca más! “, irrumpió el hombre, con una gran sonrisa en el rostro. Todos nos reímos.
Una nueva forma de comer
En ese instante me recordaron que es fácil, especialmente para los principiantes, centrarse en todo lo que uno no debe o no puede comer y beber al seguir una alimentación baja en carbohidratos estricta o moderada, en vez de reconocer todo lo que por fin sí puedes comer. Cuando uno empieza a abrir las puertas de las posibilidades culinarias con una mentalidad aventurera, descubrimos un nuevo mundo de posibilidades.
Pero admitámoslo: no es fácil desprenderse sin más de todo lo que creemos saber sobre alimentación y salud, todo lo que nos enseñaron y todo lo que leímos en los últimos 40 años.
De alguna manera, nunca hemos estado más enfermos ni más obesos en la historia de la humanidad y, sin embargo, muchas personas no están dispuestas a pensar que nuestra alimentación podría ser la culpable. Algunas de las personas más reacias son de hecho profesionales de la salud, en particular médicos y nutricionistas.
La gran mayoría de mis pacientes que comen bajo en carbohidratos no son mis propios pacientes. No soy su médica de familia. Algunos vienen a mí después de una charla gratuita, otros me encuentran en internet o tienen un familiar al que le está yendo muy bien y también quieren probarlo. Al principio, ninguno venía porque sus médicos de familia o especialistas me hubieran recomendado.
Muy a menudo me preguntan: “¿Qué dirá mi médico sobre que esté comiendo de forma keto?”.
Al principio, de hecho, estaba bastante asustada de lo que sus doctores dijeran o hicieran. En aquel entonces, se estaba realizando el juicio de un médico en Sudáfrica, y Gary Fettke había sido silenciado en Australia. ¿Y si también me llevaban a juicio? ¿Y si perdía la licencia médica que tanto me costó conseguir?
Sin embargo, cuando comenzamos a obtener resultados con nuestros pacientes, como pérdida de peso, niveles normales de azúcar, aumento de los niveles de energía, disminución del dolor crónico, mejora de los lipidogramas, etc., me di cuenta de que simplemente tenía que advertir a los pacientes.
“Escuche, a su médico podría darle un ataque al corazón si descubre la cantidad de grasa y sal que le hago comer. Es una posibilidad. Pero lo importante es que a USTED no le dé un ataque al corazón. Deje que sus resultados hablen por sí mismos”.
A nivel mundial, los últimos 40 años también han proporcionado resultados que hablan por sí mismos. Y esos resultados son, como todos sabemos, catastróficos. Diría que es hora de probar una nueva forma de comer… excepto que esta forma de comer no tiene nada de nuevo. Por eso es hora de volver a una alimentación más natural, con más grasa en comparación con la que estábamos comiendo y menos carbohidratos y azúcar. Básicamente, es hora de comerse el muslo de pollo con la piel y disfrutarlo!
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Dra. Èvelyne Bourdua-Roy
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