¿Podría una dieta solo de carne curar ciertas enfermedades?
¿Es posible corregir varias enfermedades cambiando únicamente la alimentación? Mikhaila Peterson sufría enfermedades autoinmunes desde que tenía solo dos años y no mejoró con la edad. Todo esto cambió cuando modificó radicalmente su alimentación. En este artículo en The Atlantic, Mikhaila es entrevistada sobre su interesante historia.
Peterson describió una adolescencia con múltiples diagnósticos médicos debilitantes, comenzando por la artritis reumatoide juvenil. Algún proceso desconocido había provocado que su sistema inmune atacara sus articulaciones. Los problemas en las articulaciones acabaron con reemplazos de cadera y tobillo en su adolescencia, junto con “fatiga extrema, depresión y ansiedad, confusión mental y problemas para dormir”. En quinto grado le diagnosticaron depresión, y después algo llamado hipersomnia idiopática
Hizo todo lo que le dijeron los doctores, pero nada fue de ayuda. Después realizó un gran cambio. Comenzó a eliminar diferentes alimentos de su dieta. Empezando por el gluten, productos lácteos, soja, lectinas, etc. Al final, había eliminado todo menos la carne y la sal de su dieta, y todos sus síntomas entraron en remisión.
Hoy Mikhaila tiene 26 años y es madre. Siempre que se adhiera a su dieta solo de carne, es una joven sana. Espera ayudar e inspirar a otras personas con su blog y su asesoramiento individual.
Lee su historia completa aquí:
The Atlantic: La dieta de solo carne de Jordan Peterson
Comentario del Dr. Eenfeldt
Historias como estas son ejemplos importantes del potencial poder de un cambio de hábitos, y dan ideas para futuras investigaciones importantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que historias como estas no pueden por sí mismas demostrar causa y efecto; esto requiere estudios controlados con un mayor número de personas.
El artículo también plantea algunas cuestiones bastante obvias, por ejemplo, sobre la sostenibilidad ambiental de una dieta de este tipo si la hiciera un porcentaje mayor de la humanidad.
Creo que las dudas sobre si una dieta como esta podría compararse con un trastorno alimentario nos exigen que tengamos una mente muy abierta. Eso dependería de la razón para escogerla y de cómo la dieta haga sentir a la persona. Si no hay una razón de salud urgente para ella, y la dieta hace que alguien se sienta ansioso, restringido y obsesionado, puede ser motivo de gran preocupación. Pero ese no es necesariamente el caso. Y como bien dice Mikaela Peterson: “es sumamente irrespetuoso con las personas con problemas de salud causados por alimentos que se las ponga a todas en la misma categoría que a las personas con trastornos alimentarios”.
Publicaremos una gran guía sobre la dieta carnívora en Diet Doctor más adelante este año, en la que analizaremos de cerca los pros y los contras, y la experiencia y la ciencia que respaldan (o no) la dieta.
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