Cómo Abi perdió 32 kg con la dieta baja en carbos

Abi siempre se había culpado por los atracones de comida y los problemas de peso, sin pensar mucho en el efecto que tenía su alimentación. Pero después de que le diagnosticaran diabetes gestacional por segunda vez, se dio cuenta de que tenía que cambiar las cosas.

Tras empezar a comer bajo en carbos sus antojos desaparecieron y bajó de peso. Aquí comparte su experiencia:

La historia de Abi

Siempre había sido una adolescente regordeta y tuve sobrepeso a temporadas durante la veintena y treintena. Empezaba dietas de choque para intentar bajar algunos kilos, pero pronto los recuperaba, ¡y de paso ganaba algunos más!

Una vez hice un plan de sustitutivos de comidas durante cinco meses, solo bebí batidos con un total de 500 calorías al día, y bajé más de 30 kg (60 lb), llegando a mi peso más bajo como adulta. Me veía y sentía fenomenal, pero en tres semanas comiendo comida real, me di cuenta de que no había tratado ninguna de mis adicciones (es decir, el azúcar), ni la alimentación en exceso ni los atracones a escondidas, y volví de un viaje a Sudáfrica con dos tallas más que cuando partí. ¡En tres semanas! En un año había recuperado todo el peso e incluso algo más. Tenía adicción al azúcar.

Después de años de culparme por no ser capaz de controlar los atracones, me quedé embarazada de mi primer hijo y me diagnosticaron diabetes gestacional. Siempre estaré agradecida al grupo de mujeres que me recomendó el sitio web de Diet Doctor y otros recursos acerca de la dieta baja en carbos con los que descubrí que podía controlar la diabetes cambiando la alimentación.

Suena ilógico, pero no había pensado en que lo que comes tiene un efecto directo en la salud de los órganos, aparatos y el bienestar en general. La disonancia cognitiva era tal que hasta mi segundo embarazo, casi tres años después, en el que me diagnosticaron diabetes gestacional más pronto y usé insulina desde la semana 20, no me di cuenta de que iba directa a padecer diabetes de tipo 2 más rápido de lo que pensaba. Tenía que cambiar algo.

Volví a comer bajo en carbos y alto en grasas, y los fuertes antojos de azúcar se redujeron enormemente, fui capaz de espaciar las comidas sin morirme de ganas por picar algo y no me despertaba hambrienta. Una vez que el bebé nació, empecé a comer totalmente cetogénico (después de un periodo de carga excesiva de carbos. Había sido tan estricta durante el embarazó que sentí que me merecía un capricho, y la addición al azúcar tomó el control superrápido) en mayo de 2018. Pesaba 104 kg (230 lb), y mi marido y yo nos pasamos directamente al estilo de vida keto, con no más de 20 g de carbohidratos al día.

Estaba saciada, el apetito se redujo, los antojos disminuyeron, mi gusto por lo dulce cambió completamente y el peso bajo tras un periodo inicial de sanación en el que el cuerpo se adaptó a esta nueva forma de alimentación.

Una vez estuve adaptada a la grasa, pude ayunar. Al principio solo me saltaba el desayuno y comía en un intervalo de 8 horas (de 12 a 8 de la tarde), pero después a veces me saltaba también el almuerzo y solo comía una vez al día, sin extrañar para nada la comida. Simplemente no tenía hambre. El mejor beneficio fue familiarizarme con los alimentos naturales y abandonar toda la comida chatarra procesada que se había colado en mi alimentación. Ambos nos sentíamos mucho más saludables y mejor cocinando desde cero, usábamos las fabulosas recetas de Diet Doctor para preparar comidas familiares que les encantaban a mis hijos y que también nos nutrían y eran saludables para nosotros. Tengo el pelo y las uñas más fuertes y la piel más suave, y también hay muchos otros beneficios de comer alimentos reales.

En diciembre de 2018 había bajado unos 32 kg (70 lb). Pesaba 73 kg (160 lb) y usaba ropa cuatro tallas menor. Me sentía y veía genial y decidí aflojar un poco. Desde enero de 2019 como bajo en carbos (hasta 50 g de carbos al día, algunas veces bien por encima de 100 g, según dónde estemos y qué hagamos). He mantenido la pérdida de 32 kg (70 lb) y a veces bajo hasta 68 kg (150 lb) y una talla menos.

Estoy muy cómoda con esta talla y este peso, se puede mantener y no me siento privada. Me veo bien con la ropa y puede correr con mis hijos sin sentir que me va a dar un ataque al corazón. Lo mejor de todo es que la HbA1c está de 30, ya no hay atisbo de prediabetes. Ha dejado de ser una amenaza pendiendo sobre mi cabeza. Estos sencillos cambios de hábitos han cambiado completamente mi futuro y el de mi familia.

Gracias, Diet Doctor, la inestimable ayuda y los recursos en este sitio web han hecho que cambiar completamente mi vida fuera mucho más fácil.

Instagram de Abi: @keto_lowcarb_abi

Comentario

Gracias por compartir tu historia con nosotros, Abi. Tu experiencia debe de recordarnos que no solo se trata de cómo el cuerpo metaboliza la comida, el efecto que tiene en la glucemia, etc., también tiene potente efectos en en el modo en que piensas y en el cerebro. Me complace haber podido contribuir a que encontraras tu camino para acabar con los antojos y conseguir una mejor salud. ¡Felicidades!

Saludos cordiales,
/ Dr. Bret Scher

 

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P.D.

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