Por qué contar calorías es un trastorno alimenticio
¿Es contar calorías un trastorno alimentario? Yo creo que sí. Cuando lo escribí en 2013, algunas personas se enojaron, incluida una lectora llamada Brittany. Pero ella reflexionó un poco acerca de ello, y entonces comprendió el por qué. De hecho, ella lo expresa de forma más elocuente que yo.
Aquí está su correo electrónico:
Hola, Andreas,
Me llamo Brittany y vivo en el noroeste del Pacífico de los Estados Unidos. Solo quería agradecerte por tus publicaciones sobre el conteo de calorías. Hace más de un año que entendí bien que una forma de comer primitiva/baja en carbohidratos es ideal y he logrado perder peso (de 95 kg a unos 84 kg ahora, midiendo 167 cm). Sin embargo, la aplicación DailyBurn Tracker en mi teléfono era mi muleta. Llevaba un seguimiento de las proporciones de macronutrientes y calorías (ya que estaba comiendo en exceso, aunque fueran alimentos saludables) en todas-las-comidas.
Cuando leí tu publicación sobre que el conteo de calorías es un trastorno de la alimentación me sentí un poco desanimada y a la defensiva al respecto. Busqué en los foros de gente que come de forma primitiva como yo para ver cómo se aseguraban de no comer demasiado. Seguí tratando de dar validez a mi necesidad de tener estos absurdos números e información sobre mi comida.
Entonces comprendí perfectamente a qué te referías:
Me han inspirado tanto las dietas de nuestros antepasados evolutivos y otros aspectos de sus vidas (calzado minimalista, buen sueño, etc.), que ignoré por completo la capacidad natural de mi cuerpo de decirme cuándo tengo hambre y cuándo estoy llena… Contar calorías es muy artificial y está muy alejado de la dirección hacia la que quería dirigir mi vida. Dejé de hacerlo a principios de este mes y disfruto más la comida. Me siento menos obsesiva sobre el seguimiento de las proporciones de macronutrientes (simplemente manteniendo la ingesta de carbohidratos bajo control, algo que ahora hago de forma natural) y no me siento presionada a comer más o menos para alcanzar mi “objetivo de calorías”. ¡Llevamos contadores de calorías incorporados! Solo tenemos que sintonizar nuestra forma natural de comer y las cosas se arreglarán solas.
Aunque al principio no me entusiasmó la idea, realmente aprecio la fuerte posición que tomaste sobre el conteo de calorías. ¡Me ayudó a evaluar mi propio hábito y me siento mucho mejor gracias a ello!
El cuerpo es una máquina increíble; ¡realmente lo subestimamos!
Agradezco el gran esfuerzo que hacen para educar a los demás, incluida yo misma.
Gracias,
Brittany
¿Puedes confiar en tu cuerpo?
Brittany tiene toda la razón. Creer que necesitamos contar calorías significa que estamos subestimando las capacidades naturales del cuerpo.
¿Y si te dijera que conozco a alguien que cuenta cada respiración y trata de asegurarse de que la cantidad de respiraciones coincida con su necesidad calculada de oxígeno? ¿Quién teme dormir y perder la cuenta de su respiración?
¿O alguien que pesa toda su comida y todas sus heces, para asegurarse de que no estar estreñido?
Estas personas serían consideradas excéntricas en el mejor de los casos, totalmente perturbadas en el peor. Y realmente no es tan diferente de contar calorías. No se trata en absoluto de confiar en la asombrosa capacidad del cuerpo para regular sus necesidades de energía mediante sentimientos de hambre y saciedad.
El problema real
El problema del peso no es causado por no contar calorías. Como el problema del estreñimiento no es causado por no contar… ya sabes qué. Ambos son causados por algo que perturba los sistemas reguladores naturales del cuerpo.
¿El verdadero problema detrás de la obesidad? Pueden ser muchas cosas. Pero hoy en día, con diferencia el problema más probable es una cantidad excesiva de la hormona insulina, almacenadora de grasa. Normalmente causado por décadas de ingerir demasiada azúcar y demasiados carbohidratos procesados de rápida digestión, que es de lo que se compone actualmente la dieta occidental. Desbarata nuestros sistemas de hambre y saciedad, nos hace querer comer demasiado. Voilá: una epidemia de obesidad.
El conteo de calorías nunca curará este problema. Es solo una muleta. Y cuanto más dependamos de ella, mayor es la posibilidad de que se convierta en un trastorno alimentario.
Necesitamos arreglar el problema, no fingir que es normal tener hambre.