Diabetes tipo 1: cómo controlar la glucosa en sangre con menos carbohidratos

La diabetes tipo 1 ocurre cuando el cuerpo ya no puede producir la hormona insulina. La insulina mantiene los niveles de glucosa (azúcar) en sangre bajo control al transferir glucosa desde el torrente sanguíneo hacia las células del cuerpo, que la utilizan como fuente de energía. La diabetes tipo 1 se trata con inyecciones de insulina.

Cuantos más carbohidratos consuma una persona con diabetes tipo 1, mayor será la cantidad de insulina que necesitará inyectarse. Quizás no resulte sorprendente que varios estudios y la experiencia hayan demostrado que las dietas bajas en carbohidratos pueden ser beneficiosas para las personas con diabetes tipo 1.

Sin embargo, las personas con diabetes tipo 1 deben tener en cuenta ciertas consideraciones especiales al adoptar una dieta baja en carbohidratos. Esta es nuestra guía sobre dietas bajas en carbohidratos para la diabetes tipo 1.

Descargo de responsabilidad: Aunque una dieta baja en carbohidratos tiene muchos beneficios comprobados para la diabetes tipo 1, algunos profesionales de la salud la consideran controvertida. El principal riesgo es la hipoglucemia, si no se reducen las dosis de insulina de forma significativa. Para adoptar cualquier cambio en el estilo de vida o en la dieta es importante consultar con el médico personal para que analice los cambios apropiados para el tratamiento. Descargo completo de responsabilidad

Esta guía se ha preparado para adultos con diabetes tipo 1.

Para otras controversias relacionadas con las dietas bajas en carbohidratos, consulta nuestra guía completa


¿Qué es la diabetes tipo 1 y en qué se diferencia de la diabetes tipo 2?

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que destruye las células del páncreas que producen insulina, conocidas como células beta. A la larga, esto lleva a una pérdida total de la producción de insulina.

Por otro lado, en la diabetes tipo 2 las células beta producen insulina, pero el cuerpo no puede usarla correctamente porque sus células — especialmente las musculares y hepáticas — son resistentes a ella. Esto hace que el páncreas produzca más insulina y puede llevar a niveles altos de insulina, conocidos como hiperinsulinemia.

En ambos tipos de diabetes la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo, ya que no puede entrar en las células del cuerpo debido a la ausencia de insulina (tipo 1), o resistencia a la insulina (tipo 2). Sin un tratamiento, los niveles de glucosa en la sangre permanecen elevados, y con el tiempo pueden causar daños a muchas partes del cuerpo.

A diferencia de la diabetes tipo 2, que generalmente puede ser controlada con la dieta y otros cambios en el estilo de vida, las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyectarse insulina cada día para que cubra los alimentos que comen. Pero también necesitan una fuente de insulina incluso cuando no comen.

Esto se debe a que el hígado libera de forma continua una pequeña cantidad de glucosa en la sangre, entre comidas y durante la noche, para asegurarse de que haya suficiente disponible para las necesidades del cuerpo. La insulina controla este proceso. Sin la insulina, el hígado libera constantemente glucosa al torrente sanguíneo.

A la mayoría de las personas con diabetes tipo 1 se las trata con un régimen de un bolo basal de insulina. Esto requiere la inyección de insulina “basal” de acción prolongada una o dos veces al día para mantener bajo control la liberación de glucosa desde el hígado.

También requiere la inyección de un “bolo” de insulina de acción rápida justo antes de cada comida. Lo ideal es que la dosis varíe según la cantidad de carbohidratos consumidos en las comidas, con el uso de un índice de insulina-carbohidratos (ICR). Por ejemplo, 1 unidad de insulina por cada 10 gramos de carbohidratos.

Algunas personas con diabetes tipo 1 son tratadas con dos inyecciones diarias de insulina mixta (de acción prolongada y de rápida acción). Esto no permite la flexibilidad de un régimen de un bolo basal y generalmente requiere, para mantener estables los niveles de glucosa, de un patrón de comidas más estandarizado. Otras utilizan bombas de insulina que pueden programarse para administrar cantidades precisas de insulina basal y bolo de insulina a lo largo del día según sea necesario.

A la diabetes tipo 1 se la solía llamar “diabetes juvenil” o “diabetes de comienzo juvenil”, porque se diagnostica, típicamente, en niños y adultos jóvenes. Sin embargo, puede desarrollarse a cualquier edad, incluso en la vejez. Se ha informado que la persona más vieja diagnosticada con diabetes tipo 1 fue una señora de 94 años.

En los adultos mayores la diabetes autoinmune implica una destrucción más gradual de las células beta. Esta forma lenta y progresiva de la diabetes es conocida como diabetes autoinmune latente en adultos (LADA, por sus siglas en inglés). Las personas con LADA pueden producir algo de insulina, especialmente cuando se les diagnostica por primera vez. Sin embargo, van a requerir eventualmente las inyecciones de insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre, al igual que las personas con diabetes tipo 1.

Más información sobre la diabetes tipo 2

Para obtener más información sobre la diabetes tipo 2, consulta esta guía: Guía sobre la diabetes tipo 2 y los videos a continuación.

¿Cuáles son los riesgos de la diabetes tipo 1?

Las personas con diabetes tipo 1 tienen mayor riesgo de sufrir una serie de problemas de salud: cardiopatías, enfermedad renal, pérdida de la visión, daño a los nervios y amputaciones.

Es importante resaltar que estos riesgos están asociados con niveles altos de glucosa en la sangre, no solo con tener diabetes.

La Asociación Americana de Diabetes (ADA) ha fijado los siguientes valores objetivos de azúcar en sangre para las personas que padecen diabetes:

  • Glucosa en sangre en ayunas: 80-130 mg/dL (4.4 – 7.2 mmol/L)
  • Glucosa en sangre 2 horas después de comer (postpandrial): menos de 180 mg/dL (10 mmol/L)
  • HbA1c: menos de 7% (53 mmol/mol)

Estos valores están un poco por encima de los que se considera saludables para las personas sin diabetes. Las personas sanas normalmente tienen niveles de glucosa en sangre en ayunas por debajo de 100 mg/dL (5,5 mmol/L) y rara vez presentan una glucosa en sangre por encima de 140 mg/dL (7,8 mmol/L) después de comer.

Además, un nivel normal de HbA1c es de 5,5 % (37 mmol/mol) o menor.

Sin embargo, el estudio DCCT, que siguió a más de 1.400 personas con diabetes tipo 1 durante nueve años, ha demostrado que mantener un nivel de HbA1c de 7 % (53 mmol/mol) o menos se asocia con un riesgo bajo de sufrir complicaciones de la diabetes.

Pero conseguir un control estricto de la diabetes en el estudio DCCT se asoció con un mayor riesgo de episodios de hipoglicemia. Claramente, el razonamiento detrás de que la ADA tenga objetivos menos estrictos para el nivel de azúcar en sangre y la HbA1c es evitar los peligrosos niveles bajos.

Sin embargo, esto presupone que la única manera de reducir el nivel de glucosa en sangre es aumentar la insulina. Pero, si uno está siguiendo una dieta baja en carbohidratos para manejar la diabetes, necesitará menos insulina, y estas preocupaciones acerca de la hipoglucemia pueden no ser necesarias. De hecho, la investigación sugiere que un enfoque bajo en carbohidratos puede reducir el riesgo de hipoglucemia.

Contar carbohidratos vs Alimentación baja en carbohidratos para la diabetes tipo 1

Antes del descubrimiento de la insulina en 1921, muchos médicos ponían a sus pacientes con diabetes a dietas muy bajas en carbohidratos porque sabían que los carbohidratos elevan la glucosa en sangre mucho más que las proteínas o la grasa.

Aunque esto no era suficiente para manejar la diabetes tipo 1, ayudaba a prevenir los picos extremos relacionados a los carbohidratos.

La llegada de la insulina inyectable permitió que las personas con diabetes tipo 1 puedan comer carbohidratos sin aumentar drásticamente su nivel de azúcar en sangre. Sin embargo, incluso con insulina, controlar los niveles de glucosa en sangre puede ser un gran desafío para ellos.

Hoy en día, los educadores de diabetes suelen decirles a las personas con diabetes tipo 1 que simplemente tienen que utilizar la cantidad de insulina que coincida con la cantidad de carbohidratos consumidos en cada comida. De hecho, muchas personas que utilizan el índice insulina carbohidratos (ICR) han escuchado varias veces “puedes comer lo que quieras siempre y cuando tomes la dosis correcta de insulina”.

Sin embargo, hay varios problemas con este enfoque, entre ellos:

  • Errores en la estimación de carbohidratos. En un estudio, los niños con diabetes tipo 1 y sus padres, así como los médicos y dietistas, sobreestimaron o subestimaron el contenido de carbohidratos de muchos alimentos.
    Así, se corre el riesgo de dosificar demasiada o muy poca insulina.
  • No diferenciar entre tipos de carbohidratos. Los carbohidratos de digestión lenta (como las verduras) pueden elevar menos y de forma más gradual el nivel de azúcar en sangre que los carbohidratos de digestión rápida (como el pan blanco).
  • No tomar en cuenta la variabilidad de absorción de la insulina. Los investigadores han demostrado que la cantidad de insulina absorbida de una inyección puede variar hasta 25% en la misma persona.

Para muchas personas con diabetes tipo 1, comer alimentos altos en carbohidratos y utilizar grandes dosis de insulina puede causar que los niveles de azúcar en sangre se asemejen a una montaña rusa, en lugar de permanecer dentro de un margen estrecho – idealmente deberían formar una línea relativamente recta.

En su libro, La solución para la diabetes del Dr. Bernstein, el Dr. Richard K. Bernstein explica que comer cantidades muy pequeñas de carbohidratos de digestión lenta y utilizar dosis muy pequeñas de insulina, conduce a resultados más predecibles y a niveles de azúcar en sangre prácticamente normales. El Dr. Bernstein denomina a este enfoque “La ley de los números pequeños”.

Esto tiene mucho sentido, ¿verdad? Digamos que estimamos que una comida compuesta por carne y brócoli contiene 25% menos carbohidratos que la que tiene en realidad (por ejemplo, estimamos que la comida tiene 8 gramos de carbohidratos, pero realmente tiene 10 gramos). Entonces aplicamos una dosis de insulina que cubriría 8 gramos de carbohidratos, por lo que sólo 2 gramos de carbohidratos no quedarían cubiertos. El nivel de glucosa en sangre se elevará solo un poco más de lo que se elevaría si se hubiera calculado la ingesta de carbohidratos exacta para administrar la dosis de insulina.

Subestimar el contenido de carbohidratos de una comida alta en carbohidratos en un 25% puede conducir a un resultado muy diferente. Muchas personas considerarían un plato de carne, brócoli, papas, y una porción de leche y fruta una comida “sana” para personas con diabetes. Sin embargo, si se toma una dosis de insulina para cubrir un estimado de 60 gramos de carbohidratos en lugar de los 80 gramos que esta comida realmente contiene, es muy probable que se experimenten altos niveles de glucosa en sangre.

Sobrestimar el contenido de carbohidratos de una comida alta en carbohidratos crea un problema más urgente. Administrar una dosis significativamente más alta de insulina de la necesaria para una comida alta en carbohidratos puede producir hipoglucemia – nivel peligrosamente bajo de glucosa en la sangre que requiere tratamiento inmediato para evitar una posible pérdida de la conciencia.

Low carb diet


Estudios que respaldan una dieta baja en carbohidratos para la diabetes tipo 1

La restricción de carbohidratos para la diabetes se ha estudiado principalmente en personas con diabetes tipo 2. Sin embargo, los resultados de los pocos estudios que han probado este enfoque en personas con diabetes tipo 1 demuestran que puede ser muy eficaz para ellas también:

  • En 2016, un pequeño estudio aleatorio controlado (ECA) – considerado la mejor fuente de evidencia – encontró que las personas con diabetes tipo 1 que limitaron su consumo de carbohidratos a 75 – 100 gramos por día durante 12 semanas presentaron reducciones significativas en los niveles de HbA1c y en los niveles de glucosa en sangre en comparación con quienes siguieron el conteo de carbohidratos estándar. Además, aquellos que tenían sobrepeso perdieron un promedio de 5kg (11 libras).
  • En 2019, otro pequeño ECA de 12 semanas mostró que cuando 10 personas con diabetes tipo 1 consumieron menos de 100 gramos de carbohidratos por día durante 12 semanas, lograron niveles de azúcar en sangre más estables y tuvieron menos episodios de hipoglucemia que cuando su consumo fue de 250 gramos de carbohidratos por día. Además, perdieron cerca de 2kg (5 libras) durante la fase baja en carbohidratos y ganaron casi 2.6kg (6 libras) durante la fase alta.
  • En 2017, otro breve ECA encontró que las personas con diabetes tipo 1 que comieron menos de 50 gramos de carbohidratos por día durante 1 semana experimentaron un control de azúcar en sangre más estable y menos episodios de hipoglicemia que los que experimentaron durante una semana consumiendo 250 gramos de carbohidratos y la misma cantidad de calorías por día.
  • En 2018, un grupo de médicos e investigadores publicó los resultados de una encuesta completada por 316 personas con diabetes tipo 1 o padres de niños con diabetes tipo 1 que consumieron aproximadamente 30 gramos de carbohidratos por día. El grupo registró un control de la glucosa en sangre excepcional con episodios de hipoglicemia poco frecuentes y un promedio de HbA1c de 5,67% (39 mmol/mol).
  • En 2005, un grupo de médicos suecos publicó los resultados de un programa educativo para sus pacientes con diabetes tipo 1 que involucró consumir 70-90 gramos de carbohidratos por día. Indicaron que hubo mejoras significativas en los niveles de HbA1c, reducción de las dosis de insulina, y niveles de azúcar en sangre mucho más estables durante todo el día. Uno de los hallazgos más impresionantes fue la disminución del 94% de los episodios de hipoglicemia después de 3 meses y 82% en un período de 12 meses.
    Azúcar en sangre antes y después de comenzar con una dieta baja en carbohidratos

  • En 2011, los mismos médicos informaron que los pacientes en su programa que siguieron la dieta baja en carbohidratos de forma constante, mantuvieron un excelente control del azúcar en sangre con una disminución promedio de HbA1c de 1,8% después de cuatro años.


Bajo en carbohidratos y diabetes tipo 1

¿Cuántos carbohidratos debería comer cada día una persona con diabetes tipo 1?

La respuesta breve es que la ingesta diaria de carbohidratos óptima varía entre las personas con diabetes tipo 1. Como se muestra en los estudios anteriores, restringir los carbohidratos a menos de 100 gramos diarios muchas veces es suficiente para mejorar el control del azúcar en sangre y reducir el riesgo de hipoglucemia severa.

Sin embargo, un enfoque muy bajo en carbohidratos (menos de 30 gramos por día) exigirá la menor cantidad posible de insulina, posiblemente dará lugar a control de azúcar en sangre aún más previsible y a una mayor probabilidad de permanecer dentro del rango saludable durante todo el día y la noche.

Cómo las personas con diabetes tipo 1 pueden alcanzar un control óptimo del azúcar en sangre con dietas bajas en carbohidratos

Idealmente, las personas con diabetes tipo 1 que quieran empezar a seguir una dieta baja en carbohidratos deberían hacerlo con la supervisión de un médico, enfermera, dietista u otro profesional de la salud especializado en diabetes y que conozca el enfoque de restricción de carbohidratos.

Esto se debe a que, además de disminuir la cantidad de insulina que se necesita utilizar para cubrir los carbohidratos, es posible que también sea necesario realizar otros ajustes, tales como reducir la dosis de insulina basal. Cada persona es única, y el mejor enfoque, y el más seguro, es el que incluye pruebas frecuentes, mantenga registros detallados, y evalúe los resultados.

Para las personas que utilizan un índice de ICR para calcular sus dosis de insulina en las comidas, es fácil manejar una dieta baja en carbohidratos porque la proporción seguirá siendo la misma. Con un consumo menor de carbohidratos, será necesario automáticamente inyectarse menos insulina.

Algunas personas con sobrepeso pierden peso con una dieta baja en carbohidratos y por eso se vuelven más sensibles a la insulina. Si esto ocurre, puede ser necesario reducir el índice de ICR y, probablemente, también las dosis de insulina basal. Por esta razón, el control regular de los niveles de glucosa en sangre es importante.

Además, puede ser necesario tener en cuenta la proteína al calcular las dosis de insulina para cada comida. Se ha demostrado que las comidas libres de carbohidratos que contienen proteínas elevan la glucosa en sangre, aunque mucho más lentamente que las comidas que contienen carbohidratos.

No tomar en cuenta la proteína puede resultar en excelentes niveles de glucosa en sangre más o menos una hora después de una comida, pero puede presentar niveles más altos varias horas más tarde.

Al igual que con los carbohidratos, las dosis necesarias de insulina para la ingesta de proteínas varía de persona a persona y determinar las necesidades propias de cada organismo necesitará algo de experimentación. En muchas personas, este efecto se puede controlar tomando una dosis de insulina de corrección en la siguiente comida.

Como alternativa, se pueden usar insulinas de acción corta para comidas con alto contenido de proteína. Estas insulinas (como Actrapid o Humulina R) tienen una acción más lenta que otras de acción rápida (como, por ejemplo, NovoRapid, Novolog, Apidra o Humalog).

En uno de sus videos de la Universidad de la Diabetes, el Dr. Bernstein ofrece un excelente debate acerca de cómo cubrir las proteínas con insulina. (video en inglés).

Además, sus libros y recursos en línea ofrecen una orientación más profunda e individualizada para aquellos que tienen diabetes tipo 1 y quieren hacer una transición a un estilo de vida bajo en carbohidratos de forma segura.

Obtén más información sobre la dosificación de insulina en una dieta baja en carbohidratos

Prueba de glucosa en sangre para la Diabetes

Historias de éxito

  • Diabetes de tipo 1 y dieta baja en carbohidratos: una gran combinación
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Todas las historias de éxito en diabetes tipo 1 y 2


Diabetes tipo 1 y dieta baja en carbohidratos, apoyo y recursos

 

Información

La Universidad de la Diabetes del Dr. Bernstein (enlace en inglés)

Dr. Bernstein’s Diabetes Solution (enlace en inglés para leer capítulos del libro en línea)

Let Me Be 83 Permítanme tener un 83 (de nivel de glucosa en sangre) (enlace en inglés)

Toma el control de la diabetes tipo 1 (Libro en inglés por el Dr. David Cavan)

Orientación individualizada por profesionales de la salud en diabetes tipo 1

Ketogenic Diabetic Athlete (Dr. Keith Runyan) (enlace en inglés)

SVV Nutrition (Sean Vander Veer, dietista) (enlace en inglés)

Kelly Schmidt Wellness (Kelly Schmidt, dietista) (enlace en inglés)

DiaVerge Diabetes (Lisa la Nasa, Paraprofesional de la diabetes con certificación Nivel 2) (enlace en inglés)


Bajo en carbohidratos: ventajas y limitaciones

No se puede dejar de subrayar que muchas cosas, además de los alimentos, pueden afectar los niveles de glucosa en sangre incluyendo el estrés, algunas enfermedades, el aumento en la actividad física e incluso leves alteraciones en el sueño. La mayoría de estas son difíciles o incluso imposibles de evitar. Por lo tanto, lo más importante para manejar la diabetes tipo 1 es entender cómo estas cosas pueden afectar el control de la glucosa.

Si es algo que se puede predecir, como un aumento planificado de la actividad, entonces se pueden hacer ajustes en la dosis de insulina. Si no, entonces es importante saber cómo responder a una lectura inesperada alta o baja de la glucosa. Hacer pruebas frecuentemente es clave y hace que sea mucho más fácil manejar estos efectos.

Afortunadamente, una dieta baja en carbohidratos puede ayudar a evitar grandes cambios en los niveles de glucosa relacionados con los alimentos y simplifica la dosificación de insulina de las comidas, y es así que una enorme pieza del rompecabezas de la diabetes deja de ser un problema. Esto puede mejorar significativamente el control de la diabetes en general, reducir la ansiedad, y mejorar la calidad de vida.

/ Franziska Spritzler, RD

 

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