Guía completa sobre el azúcar
¿Qué es el azúcar?
Al escuchar el término “azúcar”, probablemente pienses en azúcar común o sacarosa. En realidad hay un buen número de diferentes tipos de azúcar.
Químicamente, los azúcares son moléculas de azúcar individuales (monosacáridos) o, con más frecuencia, dos moléculas de azúcar unidas entre sí (disacáridos). Estos azúcares se encuentran de forma natural en muchos alimentos y también se añaden algunos tipos de azúcares a los alimentos procesados.
Monosacáridos
Glucosa: La glucosa es el principal azúcar que se encuentra en la sangre y una de las fuentes más importantes de energía del cuerpo. De hecho, el término “azúcar en sangre” a menudo se usa como sinónimo de “glucosa en sangre”.
Fuentes alimentarias: frutas y jugos de frutas (sobre todo plátanos, naranjas, uvas y dátiles), remolachas, zanahorias y miel.
Fructosa: La fructosa a veces se denomina “azúcar de la fruta” porque se encuentra en muchas frutas. A diferencia de la glucosa, el cuerpo no puede usar fructosa de forma directa para obtener energía.
Fuentes alimentarias: frutas y jugos de frutas (sobre todo mangos, cerezas, peras y sandías), espárragos, alcachofas, arvejas/guisantes, miel y néctar de agave.
Disacáridos
Sacarosa: La sacarosa contiene una molécula de glucosa y una de fructosa unidas entre sí. Al ser un disacárido, es demasiado grande para que el cuerpo la absorba. En el tubo digestivo la sacarosa se descompone en glucosa y fructosa, que se absorben por separado en el torrente sanguíneo.
Fuentes alimentarias: frutas, azúcar de mesa, melaza, azúcar de coco, miel, jarabe de arce y cualquier alimento o bebida que contenga sacarosa añadida.
Lactosa: La lactosa contiene una molécula de glucosa y una molécula de galactosa, otro monosacárido. Es el principal azúcar que se encuentra en los productos lácteos. De manera similar a la sacarosa, la lactosa se descompone en sus componentes monosacáridos para que puedan absorberse en el torrente sanguíneo.
Fuentes alimentarias: leche, suero de leche, yogur, queso ricotta, requesón, crema agria, proteína de suero de leche.
Maltosa: La maltosa contiene dos moléculas de glucosa unidas entre sí. Es el resultado de la descomposición del almidón (una cadena larga de moléculas de glucosa) en el tubo digestivo. Además, se usa cada vez más en lugar del jarabe de maíz alto en fructosa en los alimentos procesados. Debido a que el cuerpo descompone la maltosa en dos moléculas de glucosa que se absorben directamente en el torrente sanguíneo, el consumo de alimentos y bebidas con almidón puede elevar considerablemente el azúcar en sangre aunque no tengan un sabor dulce.
Fuentes alimentarias: papas, camote/boniato, maíz, pan, pasta, cerveza, algunos cereales para el desayuno, alimentos procesados.
¿Es mejor el azúcar “natural”?
Los azúcares naturales se suelen considerar más saludables que el azúcar blanco de mesa. Sin embargo, aunque sean menos procesados, siguen teniendo los mismos azúcares y, por lo tanto, efectos similares en el cuerpo.
Por ejemplo, el azúcar de coco está formado aproximadamente por un 70-80 % de sacarosa, y el resto es glucosa y fructosa.1
El néctar o jarabe de agave contiene al menos un 60 % de fructosa, y el resto proviene de otros azúcares y carbohidratos.2
La miel contiene porciones casi iguales de glucosa y fructosa como principales azúcares, además de cantidades más pequeñas de sacarosa, maltosa y otros azúcares.3
A veces se denomina “carbohidratos simples” a cualquier tipo de azúcar porque son pequeñas moléculas que se absorben rápidamente en el torrente sanguíneo. Aquí tienes más información sobre los carbohidratos:
Los efectos del azúcar en el cuerpo
El azúcar está vinculado con varias enfermedades y problemas de salud, especialmente cuando se consume en grandes cantidades. Teniendo en cuenta su capacidad para elevar rápidamente el azúcar en sangre, podría parecer que la glucosa es el componente más dañino del azúcar. Sin embargo, existen investigaciones que han demostrado que el exceso de fructosa puede ser mucho peor a largo plazo.
La fructosa se absorbe en el torrente sanguíneo más lentamente que la glucosa. Sin embargo, a diferencia de la glucosa, nuestras células no pueden utilizarla como fuente de energía, sino que el hígado la absorbe, y allí se puede convertir en glucosa o glucógeno, la forma de almacenamiento de la glucosa. Pero con la cantidad de azúcar que se consume actualmente, el hígado convierte la fructosa en triglicéridos (grasa), creando las condiciones para la resistencia a la insulina, el aumento de peso, el hígado graso y otros problemas de salud.
Los posibles efectos sobre la salud de un consumo excesivo de azúcar son los siguientes:
- Resistencia a la insulina e hiperinsulinemia: los triglicéridos producidos por un exceso de fructosa se liberan en el torrente sanguíneo o se almacenan en el hígado. Cuando el hígado acumula demasiados triglicéridos, se vuelve resistente a la insulina y deja de ser capaz de regular adecuadamente la glucosa en sangre. En consecuencia, el páncreas produce más insulina para compensar, lo que causa niveles elevados de insulina en sangre (hiperinsulinemia).4
- Enfermedad del hígado graso no alcohólico: se ha identificado que un consumo elevado de fructosa es un factor causante de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, ya que puede provocar un almacenamiento excesivo de triglicéridos en el hígado. Además, los investigadores han indicado que las personas con hígado graso no alcohólico convierten la fructosa en triglicéridos a una tasa más alta que las que no tienen la enfermedad.5
- Aumento potencial del riesgo de cardiopatías: además de aumentar los triglicéridos y la insulina, un consumo elevado de azúcar puede causar una disminución del colesterol HDL y de las partículas más pequeñas de LDL, lo que puede aumentar el riesgo de ataques cardíacos6. Un estudio observacional de 2014 halló que las personas que consumían el 25 % o más de las calorías provenientes del azúcar tenían cerca del triple de probabilidad de morir por cardiopatías que las que consumían la menor cantidad de azúcar añadido7.
- Posible aumento de la inflamación: hay investigaciones que han demostrado que existe una relación entre el azúcar y la inflamación, incluso con un consumo considerado “moderado”. En un estudio de tres semanas, hombres jóvenes y sanos que consumieron 360 ml (12 onzas) de refrescos al día sufrieron un aumento de los marcadores inflamatorios, además de cambios adversos en los valores de colesterol en sangre.8
- Problemas intestinales: las dietas ricas en azúcar están vinculadas como un posible factor de riesgo para la aparición y progresión del síndrome del intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal. Esto puede deberse en parte a cambios adversos en las bacterias intestinales. El papel exacto del azúcar en este proceso aún es incierto.9
- Azúcar en sangre elevada: Los carbohidratos de rápida digestión, como el azúcar, pueden tener un impacto importante en los niveles de azúcar en sangre. Un estudio halló que los adultos con prediabetes que consumieron 50 g de miel, sacarosa o jarabe de maíz rico en fructosa sufrieron aumentos similares en el nivel de azúcar en sangre e inflamación.10
- Aumento potencial del riesgo de Alzheimer: teniendo en cuenta la conexión entre la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y el Alzheimer, las evidencias emergentes parecen indicar que en el caso de las personas predispuestas, un alto consumo de azúcar tal vez podría aumentar la probabilidad de contraer Alzheimer.11
- Relación debatida con el TDAH: aunque hay mucho debate, el vínculo potencial entre el azúcar y el TDAH se ha descartado en gran medida ya que no ha sido posible confirmarlo en estudios de intervención controlados. No parece haber una relación clara entre el azúcar en sí misma y el TDAH, a pesar de los hallazgos de observación anteriores.12 Sin embargo, parece haber alguna conexión entre los alimentos y el TDAH, ya que un estudio importante halló mejoras en los síntomas del TDAH al excluir muchos alimentos, incluida una reducción del consumo de azúcar y alimentos procesados.13
¿Cuál es el consumo diario de azúcar recomendado por los organismos de salud?
Las Recomendaciones alimentarias de 2015-2020 para los estadounidenses aconsejan que los azúcares añadidos se limiten a menos del 10 % del total de las calorías. Para una persona que consuma 2000 calorías al día, son 50 gramos o, aproximadamente, 12 cucharaditas de azúcar al día.
Las recomendaciones de la Asociación Estadounidense del Corazón son algo más estrictas, con límites propuestos de 25 gramos (6 cucharaditas) de azúcar añadido al día para las mujeres y 38 gramos (9 cucharaditas) al día para los hombres.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó limitar los azúcares añadidos a menos del 10 % del consumo total de calorías, y de forma ideal a menos del 5 % de las calorías totales (o aproximadamente 6 cucharaditas diarias) para obtener los máximos beneficios para la salud.
Hay que tener en cuenta que estos límites son para azúcares añadidos, como el azúcar blanco de mesa, la miel, el jarabe de fructosa y todos los alimentos y bebidas procesados a los que se les agrega. Esas cifras no incluyen azúcares naturales en frutas ni jugos de frutas. El jugo de frutas en particular está repleto de azúcar. De hecho, algunos investigadores han pedido la eliminación completa del jugo 100 % de fruta de la alimentación de los niños para reducir las alarmantes tasas de obesidad infantil.14
El consumo recomendado de azúcares añadidos en las recomendaciones alimentarias es inferior a las 17 cucharaditas diarias estimadas que consume el estadounidense promedio. Sin embargo, aún parece demasiado debido a los riesgos potenciales para la salud, especialmente porque las recomendaciones no incluyen ningún límite para los azúcares naturales.
Azúcar añadido
Si bien la mayoría de las personas están de acuerdo en que no es aconsejable comer demasiado azúcar, muchas no saben cuánto consumen de forma regular. En cualquier caso, ¿cuánto azúcar añadido hay en nuestra comida?
Un estudio halló que el 74 % de los alimentos procesados que se vendían en los supermercados de EE. UU. entre 2005 y 2009 contenían azúcares añadidos.15 Esto incluye condimentos como la salsa barbacoa y el kétchup, así como refrigerios “naturales” como las barritas de granola y batidos de frutas.
Además, algunos de los que más tienen son los productos sin grasas y bajos en grasas que se comercializan como alternativas saludables. Cuando se elimina la grasa de los alimentos, se suele añadir azúcar para compensar la pérdida de sabor y cremosidad.
Entre los alimentos sin grasas y bajos en grasas con alto contenido de azúcar están los siguientes:
- Yogures saborizados: contienen hasta 28 gramos (7 cucharaditas) de azúcar por taza
- Aderezos para ensaladas sin grasas: contienen hasta 10 gramos (2,5 cucharaditas) de azúcar por cada 2 cucharadas
- Granola baja en grasas: contiene hasta 28 gramos (7 cucharaditas) de azúcar por taza
- Moca sin grasas: contiene hasta 33 gramos (8 cucharaditas) de azúcar por cada 450 ml
Las etiquetas de los alimentos no especifican la cantidad de azúcar que se agrega a un producto en comparación con el que se produce de forma natural. Sin embargo, si el azúcar se encuentra entre los tres primeros ingredientes listados en una etiqueta, es seguro que contiene una cantidad significativa de azúcar añadido.
Además, hay que tener en cuenta los diversos nombres que tiene el azúcar. Lee atentamente las etiquetas de los ingredientes para asegurarte de no pasar por alto ninguno de ellos. Aquí puedes encontrar una hoja de referencia que puede ayudarte a identificar el azúcar en cualquier etiqueta de alimentos, además de otros ingredientes menos saludables a evitar.
El azúcar y la epidemia de obesidad
Las tasas de obesidad se han disparado en los últimos años, y está claro que el aumento del consumo de azúcar ha sido un factor que ha contribuido a ello.
Desde un punto de vista evolutivo, el azúcar se ha incorporado muy recientemente a nuestra alimentación, por lo que el cuerpo realmente no está diseñado para tolerarlo en grandes cantidades.
Cuando se produjo por primera vez en Nueva Guinea en la Edad Media, el azúcar solo lo consumía la realeza y personas muy ricas, ya que era escaso y caro. Sin embargo, entre los años 1500 y 1800, se crearon plantaciones de azúcar en muchos países, lo que aumentó significativamente la disponibilidad del azúcar y redujo su costo. Eso provocó un mayor consumo de azúcar en todo el mundo, que aumentó aun más cuando el primer ministro de Inglaterra eliminó el impuesto al azúcar en 1874, lo que lo hizo más asequible. De hecho, se estima que el consumo promedio de azúcar se duplicó en los EE. UU. y el Reino Unido entre 1900 y 1970.16
No obstante, hasta las últimas décadas, el azúcar no era una parte importante de la alimentación de la mayoría de la gente. Los dulces se disfrutaban ocasionalmente, pero solían reservarse para días festivos, cumpleaños y otras ocasiones especiales.
Hoy, la comida dulce está en todas partes. Desde bollería para el desayuno hasta batidos de frutas, refrescos y bebidas de café azucaradas, el azúcar se consume regularmente en todas las comidas y meriendas.
Los investigadores han analizado diversas formas en que un consumo excesivo de azúcar fomenta la obesidad, incluida una mutación genética de siglos de antigüedad que dio lugar a un “gen ahorrativo” que hace que algunas personas sean más propensas a ganar peso cuando consumen mucho azúcar, en particular, fructosa.17
En su exitoso libro Contra el azúcar, el periodista científico, Gary Taubes, analiza el papel del azúcar en las epidemias de diabetes y obesidad.
La industria azucarera
La industria azucarera es un negocio de miles de millones de dólares con un fuerte interés en asegurarse de que todo el mundo continúe consumiendo azúcar de forma regular.
En los últimos 15 años, la cantidad de dinero que los políticos estadounidenses han recibido de los cabilderos del azúcar ha aumentado constantemente, hasta alcanzar un máximo de 8 millones de dólares en 2016.18
Asimismo, un grupo de investigadores publicó recientemente información preocupante sobre la industria azucarera que se remonta a varias décadas.
Después de realizar una extensa revisión de los documentos de la Fundación de Investigación del Azúcar, estos investigadores descubrieron que en las décadas de 1960 y 1970 la fundación pagó a los científicos para que publicaran una revisión que restaba importancia a la relación del azúcar con las cardiopatías y señalaba, en su lugar, a la grasa alimenticia como culpable.19 Además, descubrieron que la organización ocultó las investigaciones en animales que parecían indicar que un alto consumo de azúcar puede aumentar el riesgo de cáncer de vejiga.20
Para más información, puedes leer este artículo (en inglés).
La dopamina es una sustancia química que ayuda a controlar los centros de placer y recompensa del cerebro. Las investigaciones en animales y seres humanos han demostrado que, en el caso de muchas personas, el azúcar activa los receptores de dopamina de manera similar a la cocaína y otras drogas adictivas.21 El hecho de que algunas personas se vuelvan adictas al azúcar y otras no, se debe a la genética, al entorno y a las experiencias únicas de vida de cada persona, como ocurre con cualquier otra adicción. Para más información, puedes ver nuestro curso sobre adicción al azúcar de Bitten Jonsson, enfermera y experta en la adicción al azúcar. Alternativas bajas en azúcar: Agua con gas con un chorrito de limón, té helado sin azúcar o: Alternativas bajas en azúcar: gachas keto, panqueques keto de María o panqueques keto con bayas y crema batida. Alternativas bajas en azúcar: bombas de grasa de canela y cardamomo o flan bajo en carbohidratos. Alternativas bajas en azúcar: helado de vainilla, helado de limón keto o paletas de lima y frutos del bosque bajas en carbohidratos. Alternativas bajas en azúcar: chocolate con un mínimo de 80 % de cacao en polvo, dulce de chocolate bajo en carbohidratos o pasta de chocolate y avellanas keto. Nombres alternativos para el azúcar: Obtén acceso completo a menús semanales, recetas, el programa Adelgaza de por vida, videos exclusivos y más. Verás que comer sano también puede ser delicioso. ¡Da el primer paso hacia una vida más saludable ahora!
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Comentarios
British Dental Journal 2017: Azúcares alternativos: azúcar de coco [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar] ↩
Food Chemistry 2015: Identificación, clasificación y diferenciación de los jarabes de agave de los edulcorantes naturales mediante espectroscopia infrarroja y HPAEC-PAD. [estudio mecanístico; evidencia sin clasificar] ↩
The Chemistry of Bees: Composición química de la miel ↩
Fructosa, resistencia a la insulina y dislipidemia metabólica [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩Nutrients 2017: Consumo de fructosa, lipogénesis y enfermedad del hígado graso no alcohólico [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩Progress in Cardiovascular Diseases 2016: Evidencias de la relación de la grasa saturada y el azúcar con las cardiopatías coronarias [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩JAMA Internal Medicine 2014: Consumo de azúcar añadido y mortalidad por enfermedades cardiovasculares en adultos de EE. UU. [estudio observacional; evidencia débil]
↩The American Journal of Clinical Nutrition 2011: Un consumo bajo a moderado de bebidas endulzadas con azúcar altera el metabolismo de los lípidos y la glucosa y fomenta la inflamación en hombres jóvenes sanos: un ensayo controlado aleatorizado [evidencia moderada] ↩
Nutrients 2012: Disbiosis de la microbiota intestinal causada por la alimentación y sus efectos sobre la inmunidad y la enfermedad [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
Inflammatory Bowel Diseases 2015: Efectos combinatorios de la alimentación y la genética en la patogenia de la enfermedad inflamatoria del intestino [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩The Journal of Nutrition 2015: El consumo de miel, sacarosa y jarabe de maíz con alto contenido de fructosa produce efectos metabólicos similares en individuos tolerantes e intolerantes a la glucosa [ensayo aleatorizado; evidencia moderada] ↩
Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic Care 2013: Dietas altas en azúcar, diabetes tipo 2 y Alzheimer [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
Alzheimer’s and Dementia 2017: Consumo de bebidas azucaradas y Alzheimer preclínico en la comunidad [estudio observacional con HR < 2; evidencia muy débil]
↩En un estudio de caso y control de más de 300 niños, los que consumieron más bebidas endulzadas con azúcar tenían más del triple de probabilidad de tener TDAH que los que consumían menos.
International Journal of Environmental Research and Public Health 2016: El consumo de bebidas azucaradas está asociado de forma adversa al trastorno por déficit de atención/hiperactividad en la niñez [estudio observacional con HR < 2; evidencia débil] ↩
The Lancet 2011: Efectos de una dieta de eliminación restringida en el comportamiento de los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (estudio INCA): un ensayo controlado aleatorizado [evidencia moderada] ↩
American Journal of Public Health 2012: Reducción de la obesidad infantil mediante la eliminación del jugo 100 % de fruta [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics 2012: Uso de edulcorantes calóricos y no calóricos en alimentos empacados para el consumidor en EE. UU., 2005–9 [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩The American Journal of Clinical Nutrition 2007: Papel potencial del azúcar (fructosa) en la epidemia de hipertensión, obesidad y síndrome metabólico, diabetes, enfermedad renal y enfermedad cardiovascular [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩Advances in Nutrition 2017: Perspectiva: una perspectiva histórica y científica del azúcar y su relación con la obesidad y la diabetes [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩JAMA Intern Med. 2016: Industria azucarera e investigación de enfermedades coronarias [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩Plos Biology 2017: Patrocinio de la industria azucarera de estudios con roedores libres de gérmenes que relacionan la sacarosa con la hiperlipidemia y el cáncer: un análisis histórico de los documentos internos [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩Neuroscience and Biobehavioral Reviews 2008: Evidencia de la adicción al azúcar: efectos neuroquímicos y conductuales de la ingesta intermitente y excesiva de azúcar [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
Clinical Chemistry 2018: Adicción a los alimentos, hidratos de carbono con alto índice glucémico y obesidad [revisión no sistemática; evidencia sin clasificar]
↩