¡Es temporada de calabazas!
Según el país, se le llama calabaza, zapallo, auyama, pipián o ayote. Pero da igual el nombre, ¡siempre están ricas!
La temporada de calabazas abarca de agosto a noviembre en el hemisferio norte. En esa época del año se pueden encontrar calabazas de muchos colores, formas y tamaños diferentes. Si encuentras algunas de buena calidad, ¡compra unas cuantas! Se pueden almacenar durante mucho tiempo en un lugar fresco.
Las calabazas no solo son deliciosas, sino que también son relativamente bajas en carbohidratos (4/12 g por cada 100 g). Eso las convierte en una fantástica alternativa de temporada y baja en carbohidratos a las guarniciones almidonadas como el arroz, las papas y la pasta.
Cómo cocinarlas
Todas las calabazas pueden asarse, freírse, hervirse e incluso comerse crudas (excepto las calabazas espagueti, que hay que cocinarlas primero). Se pueden cortar en dados y usarse en sabrosos platos como la shakshuka o el ratatouille. Es una guarnición perfecta para la carne, el pescado y el pollo, pero también para platos vegetarianos. Prueba a servirlas calientes con queso de cabra y una salsa o un aderezo que le dé un toque ácido; así se equilibra el dulzor de la calabaza de forma maravillosa.
El dulzor de la calabaza hace que sea genial para usarla en repostería sin gluten. El puré de calabaza, a menudo uno de los ingredientes principales de sopas y repostería, se puede comprar ya hecho, pero asegúrate de escoger una marca sin azúcar. También puedes hacerlo tú mismo desde cero, solo tienes que pelar la calabaza, sacar todas las semillas y hebras del centro, cortar la carne en cubos pequeños y hervirlos en agua hasta que estén tiernos. Después, acláralos, tira el agua de la cocción y bate la calabaza para conseguir un puré homogéneo.
¡No tires la semillas! Lávalas para deshacerte de las hebras pegajosas a las que están pegadas y tuéstalas en el horno a 175 °C (350 °F) junto con un poco de aceite de coco y sal marina durante unos 30 minutos o hasta que estén completamente secas y doradas. Sírvelas como refrigerio o para dar un toque crocante a las sopas o las ensaladas.
¿Hay algo que combine mejor con la calabaza que las especias? La aromática mezcla de canela, clavos, jengibre, nuez moscada y pimienta de Jamaica molida es una mezcla de temporada imprescindible para muchas personas. Aparte de darle a los postres un toque otoñal, puedes usarla para dar más sabor a los frutos secos o, ¿por qué no guardar una buena tanda en un tarro y regalarlo? Si no puedes encontrarla donde vives o quieres hacerla por ti mismo, aquí tienes nuestra receta.
Nuestras calabazas favoritas
Calabaza moscada – Zapallo anco: Normalmente es bastante fácil de encontrar, incluso fuera de temporada. Tiene un sabor suave con un toque a nueces y una piel muy gruesa y dura. ¡Ten cuidado al cortarla!Carbohidratos: unos 12 g/100 g
Carbohidratos: 17 g/100 g
Carbohidratos: unos 4 g/100 g
Carbohidratos: unos 4 g/100 g
También puedes cortarla por la mitad y hervirla en agua ligeramente salada durante 20-30 minutos o asarla en el horno a 185 °C (375 °F). Una vez esté hecha, usa un tenedor y saca la carne a lo largo para crear los hilos. Sabe fantástica servida con algo de mantequilla, sal y pimienta fresca molida.
Carbohidratos: 7 g/100 g