La guía completa de la cetosis

La cetosis es últimamente un tema muy popular, y ha recibido tanto alabanzas como críticas. ¿Estar en cetosis es saludable o perjudicial? Y, si fuera beneficioso, ¿todo el mundo debería estar en cetosis?

Esta guía te proporciona toda la información que necesitas sobre la cetosis, incluidos sus beneficios, sus posibles riesgos y consejos para entrar en cetosis y mantenerse en ella.



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Aprende más sobre la dieta cetogénica

Para más información sobre la dieta keto, consulta esta guía: Una dieta cetogénica para principiantes y los vídeos a continuación.

¿El cerebro necesita carbohidratos?

Existe desde hace mucho la creencia equivocada de que los carbohidratos son necesarios para que el cerebro funcione de forma adecuada. De hecho, si preguntas a algún dietista sobre cuántos carbohidratos deberías comer, probablemente responda que necesitas un mínimo de 130 gramos de carbohidratos al día para asegurarte de que el cerebro cuenta con un suministro continuo de glucosa.

Sin embargo, eso no es así. De hecho, el cerebro permanecerá sano y funcional incluso si no comes ningún carbohidrato.

Si bien es cierto que el cerebro tiene altas demandas de energía y necesita algo de glucosa, cuando estás en cetosis hay abundantes cetonas para proporcionar una buena parte de la energía que necesita.

Afortunadamente, el hígado siempre produce las pequeñas cantidades de glucosa que el cerebro necesita, incluso en condiciones de total inanición.
Este proceso, conocido como gluconeogénesis (literalmente “crear nueva glucosa”), también puede proporcionar glucosa para otras estructuras que la necesitan, como los glóbulos rojos y una parte de los riñones.

Este sistema permitió a nuestros ancestros cazadores-recolectores pasar largos periodos de tiempo sin comer gracias a que tenían acceso a una fuente de energía durante todo momento: la grasa corporal almacenada.

De hecho, estar en cetosis no tiene ningún efecto adverso para la función cerebral. Por el contrario, muchas personas han informado de que sienten más agudeza mental cuando están en cetosis.

¿El cerebro necesita carbohidratos?


2. Beneficios de la cetosis

Además de proporcionar una fuente sostenible de energía, las cetonas —y en particular, el betahidroxibutirato— pueden ayudar a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, del cual se cree que juega un papel en la aparición de muchas enfermedades crónicas.

De hecho, hay varios beneficios conocidos y potenciales de estar en cetosis nutricional.

Beneficios conocidos:

  • Regulación del apetito: Una de las primeras cosas que la gente experimenta con frecuencia cuando está en cetosis es que ya no tiene hambre a todas horas. De hecho, las investigaciones han mostrado que estar en cetosis reduce el apetito.
    Un estudio analizó a las personas que habían adelgazado siguiendo una dieta cetogénica durante ocho semanas y después reintrodujo pequeñas cantidades de carbohidratos. Los investigadores informaron de que los niveles de grelina (la “hormona del hambre”) se redujeron en las personas que habían permanecido en cetosis, mientras que las personas que ya no estaban en cetosis tuvieron niveles más altos de grelina.
  • Pérdida de peso: Muchas personas comen menos de forma automática cuando restringen los carbohidratos y tienen permitido comer tanta grasa y proteína como necesiten para saciarse. Debido a que las dietas cetogénicas inhiben el apetito, reducen los niveles de insulina y aumentan la quema de grasa, no es sorpresa que hayan mostrado que son más efectivas que otras dietas para bajar de peso.
  • Corrección de la diabetes y la prediabetes:
    En el caso de las personas con diabetes tipo 2 o prediabetes, estar en cetosis puede ayudar a normalizar la glucemia y la reacción a la insulina, potencialmente permitiendo que se pueda dejar la medicación para la diabetes.
  • Mejora potencial del rendimiento deportivo: La cetosis puede proporcionar un suministro de energía muy duradero durante el ejercicio sostenido tanto en deportistas de alto nivel como en deportistas aficionados.
  • Control de crisis epilépticas: Mantenerse en cetosis con la dieta cetogénica clásica o con la menos estricta dieta Atkins modificada tiene un efecto probado para controlar la epilepsia tanto en niños como en adultos que no responden a la medicación antiepiléptica.

También hay prometedores estudios preliminares que parecen indicar que la cetosis puede ser beneficiosa para muchas otras afecciones, como para reducir la frecuencia y la gravedad de las migrañas, revertir el SOP, quizás mejorar las terapias convencionales de cáncer cerebral, posiblemente ralentizar la progresión del Alzheimer, así como ayudar de forma potencial a tener una vida más larga y saludable (artículo en inglés). Aunque se necesitan más estudios de buena calidad para confirmar tales efectos, buena parte de las investigaciones iniciales son muy esperanzadoras.


3. Cetosis nutricional y cetoacidosis

La cetosis nutricional y la cetoacidosis diabética son procesos totalmente diferentes. Mientras que la cetosis nutricional es segura y beneficiosa para la salud, la cetoacidosis es una emergencia médica.

Desafortunadamente, muchos profesionales de la salud no entienden realmente la distinción entre las dos.

La cetoacidosis se presenta principalmente en personas con diabetes tipo 1 si no toman insulina. Cuando se produce la cetoacidosis diabética, la glucemia y las cetonas aumentan a niveles peligrosos, lo que trastoca el delicado equilibrio de ácido-base de la sangre. Las personas con cetoacidosis se sienten sumamente enfermas y experimentan una gran deshidratación, vómitos, dolor abdominal y debilidad. La cetoacidosis diabética requiere de hospitalización para proporcionar líquidos de forma intravenosa e insulina de forma gradual y reducir de forma segura la glucemia.

En la cetosis nutricional, los niveles de betahidroxibutirato normalmente se mantienen por debajo de 5 mmol/L. Sin embargo, las personas en cetoacidosis diabética a menudo tienen niveles de betahidroxibutirato de 10 mmol/L o superiores, lo que está directamente relacionado con su incapacidad de producir insulina. Este gráfico muestra la gran diferencia en la cantidad de cetonas en sangre entre la cetosis y la cetoacidosis.

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Cuando los niveles de cetonas en sangre aumentan por encima de cierto nivel, un páncreas capaz de sintetizar insulina liberará la suficiente insulina para detener la producción de cetonas.

Por el contrario, el páncreas de una persona con diabetes tipo 1 no puede producir insulina. Así que, a menos que se proporcione insulina con una inyección por vía intravenosa, las cetonas seguirán aumentando hasta niveles que pueden hacer peligrar la salud.

Otras personas que pueden entrar potencialmente en cetoacidosis son las que tienen diabetes tipo 2 y usan medicamentos conocidos como inhibidores de SGLT2, entre ellos Invokana, Farxiga o Jardiance.

También, en raras ocasiones, las mujeres que no tienen diabetes pueden presentar cetoacidosis durante la lactancia.

Sin embargo, en el caso de la mayoría de las personas capaces de producir insulina es casi imposible sufrir cetoacidosis.



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/ Franziska Spritzler, dietista